ORACIÓN POR LAS VOCACIONES

    SAN FRANCISCO JAVIER (1506 - 1552)

      Patrono de las misiones en la Iglesia


Francisco de Jasso y Azpilicueta; Castillo de Javier, Navarra, 1506 - Isla de Sancián, China, 1552


Misionero español. Mientras estudiaba filosofía y teología en París conoció a Ignacio de Loyola, quien le unió al grupo con el que fundó una nueva congregación. Francisco hizo sus primeros votos en París (1534), se ordenó sacerdote en Venecia (1537) y participó en la fundación de la Compañía de Jesús en Roma (1539).


Desde entonces se consagró a la actividad misionera: en 1541 fue enviado a la India como legado pontificio, con la misión de evangelizar las tierras situadas al este del cabo de Buena Esperanza, respondiendo a una petición de Juan III de Portugal. Instalado en 1542 en Goa (capital de la India portuguesa), desplegó una intensa actividad cuidando enfermos, visitando presos, predicando el cristianismo, convirtiendo nativos, negociando con las autoridades locales y defendiendo la justicia frente a los abusos de los colonos.


Su apostolado se extendió por el sur de la India, Ceilán, Malaca, las Islas Molucas y Japón. Cuando se disponía a entrar en China para continuar su labor (1552), murió de pulmonía a las puertas de Cantón. Fue canonizado en 1622 y declarado patrono de las misiones de la Iglesia católica.




AFECTO DE AMOR A JESUCRISTO

San Francisco Javier



Para serviros, Dios mío,

no me mueve el terror de vuestra mano arrojando rayos,

ni el horror del fuego del infierno ardiendo eternamente.

Tú me mueves, Dios mío, por ti mismo.

Tú, Jesucristo, atravesado, me atraes,

la Cruz me obliga, y me enciende, oh Jesús;

la sangre que brota de tus llagas.

Si no existiese el fuego del infierno

y se quitase la esperanza de la gloria,

yo, sin embargo, oh Criador mío, prendado de vuestras bondades,

admirando vuestra sublime divinidad, santa y próvida,

proseguiré en el amor ya comenzado.

A ti, Jesús, Hijo de Dios, a ti, Hijo de la Virgen,

manso, fuerte, inocente,

que te dignaste morir por nosotros,

que todo lo mereces, te amaré sin recompensa. Amén.