ME HE SENTADO EN EL CENTRO DEL BOSQUE A RESPIRAR
Antonio Colinas
 Me he sentado en el centro del bosque a respirar.
 He respirado al lado del mar fuego de luz.
 Lento respira el mundo en mi respiración.
 En la noche respiro la noche de la noche.
 Respira el labio en labio el aire enamorado.
 Boca puesta en la boca cerrada de secretos,
 respiro con la sabia de los troncos talados,
 y, como roca voy respirando el silencio
 y, como las raíces negras, respiro azul
 arriba en los ramajes de verdor rumoroso.
 Me he sentado a sentir cómo pasa en el cauce
 sombrío de mis venas toda la luz del mundo.
 Y yo era un gran sol de luz que respiraba.
 Pulmón el firmamento contenido en mi pecho
 que inspira la luz y espira la sombra,
 que recibe el día y desprende la noche,
 que inspira la vida y espira la muerte.
 Inspirar, espirar, respirar: la fusión
 de contrarios, el círculo de perfecta consciencia.
 Ebriedad de sentirse invadido por algo
 sin color ni sustancia, y verse derrotado,
 en un mundo visible, por esencia invisible.
 Me he sentado en el centro del bosque a respirar.
 Me he sentado en el centro del mundo a respirar.
 Dormía sin soñar, mas soñaba profundo
 y, al despertar, mis labios musitaban despacio
 en la luz del aroma: «Aquel que lo conoce
 se ha callado y quien habla ya no lo ha conocido».
REMORDIMIENTO
Jorge Luis Borges
He cometido el peor de los pecados
 que un hombre puede cometer. No he sido
 feliz. Que los glaciares del olvido
 me arrastren y me pierdan, despiadados.
 
 Mis padres me engendraron para el juego
 arriesgado y hermoso de la vida,
 para la tierra, el agua, el aire, el fuego.
 Los defraudé. No fui feliz. Cumplida
 
 no fue su joven voluntad. Mi mente
 se aplicó a las simétricas porfías
 del arte, que entreteje naderías.
 
 Me legaron valor. No fui valiente.
 No me abandona. Siempre está a mi lado
 la sombra de haber sido un desdichado.
VOCACIÓN
Pedro Salinas
Abrir los ojos. Y ver
 sin falta ni sobra, a colmo
 en la luz clara del día
 perfecto el mundo, completo.
 Secretas medidas rigen
 gracias sueltas, abandonos
 fingidos, la nube aquella,
 el pájaro volador,
 la fuente, el tiemblo del chopo.
 Está bien, mayo, sazón.
 Todo en el fiel. Pero yo...
 Tú, de sobra. A mirar,
 y nada más que a mirar
 la belleza rematada
 que ya no te necesita.
 
 Cerrar los ojos. Y ver
 incompleto, tembloroso,
 de será o de no será,
 —masas torpes, planos sordos—
 sin luz, sin gracia, sin orden
 un mundo sin acabar,
 necesitado, llamándome
 a mí, o a ti, o a cualquiera
 que ponga lo que le falta,
 que le de la perfección.
 En aquella tarde clara,
 en aquel mundo sin tacha,
 escogí:
      el otro. 
Cerré los ojos.
ENCARGO
Ezra Pound
Id, canciones mías, al solitario y al insatisfecho,
 id también al desquiciado, al esclavo de las convenciones,
 llevadles mi desprecio hacia sus opresores.
 Id como una ola gigante de agua fría,
 llevad mi desprecio por los opresores.
Hablad contra la opresión inconsciente,
 hablad contra la tiranía de los que no tienen imaginación,
 hablad contra las ataduras,
 id a la burguesa que se está muriendo de tedio,
 id a las mujeres de los barrios residenciales,
 id a las repugnantemente casadas,
 id a aquellas cuyo fracaso está oculto,
 id a las emparejadas sin fortuna,
 id a la esposa comprada,
 id a la mujer comprometida.
Id a los que tienen una lujuria exquisita,
 id a aquellos cuyos deseos exquisitos son frustrados,
 id como una plaga contra el aburrimiento del mundo;
 id con vuestro filo contra esto,
 reforzad los sutiles cordones,
 traed confianza a las algas y tentáculos del alma.
Id de manera amistosa,
 id con palabras sinceras.
 Ansiad el hallazgo de males nuevos y de un nuevo bien,
 oponeos a todas las formas de opresión.
 Id a quienes la mediana edad ha engordado,
 a los que han perdido el interés.
Id a los adolescentes a quienes les asfixia la familia…
 ¡Oh, qué asqueroso resulta
 ver tres generaciones reunidas bajo un mismo techo!
 Es como un árbol viejo con retoños
 y con algunas ramas podridas y cayéndose.
Salid y desafiad la opinión,
 Id contra este cautiverio vegetal de la sangre.
 Id contra todas las clases de manos muertas.
LA POESÍA ES UN ARMA CARGADA DE FUTURO
Gabriel Celaya
Cuando ya nada se espera personalmente exaltante,
 mas se palpita y se sigue más acá de la conciencia,
 fieramente existiendo, ciegamente afirmando,
 como un pulso que golpea las tinieblas,
 
 cuando se miran de frente
 los vertiginosos ojos claros de la muerte,
 se dicen las verdades:
 las bárbaras, terribles, amorosas crueldades:
 
 Se dicen los poemas
 que ensanchan los pulmones de cuantos, asfixiados,
 piden ser, piden ritmo,
 piden ley para aquello que sienten excesivo.
 
 Con la velocidad del instinto,
 con el rayo del prodigio,
 como mágica evidencia, lo real se nos convierte
 en lo idéntico a sí mismo.
 
 Poesía para el pobre, poesía necesaria
 como el pan de cada día,
 como el aire que exigimos trece veces por minuto
 para ser y en tanto somos dar un sí que glorifica.
 
 Porque vivimos a golpes, porque apenas si nos dejan
 decir que somos quien somos,
 nuestros cantares no pueden ser sin pecado un adorno.
 Estamos tocando el fondo.
 
 Maldigo la poesía concebida como un lujo
 cultural por los neutrales
 que, lavándose las manos, se desentienden y evaden.
 Maldigo la poesía de quien no toma partido hasta mancharse.
 
 Hago mías las faltas. Siento en mí a cuantos sufren
 y canto respirando.
 Canto, y canto, y cantando más allá de mis penas
 personales, me ensancho.
 
 Quiero daros vida, provocar nuevos actos,
 y calculo por eso, con técnica, que puedo.
 Me siento un ingeniero del verso y un obrero
 que trabaja con otros a España en sus aceros.
 
 Tal es mi poesía: Poesía-herramienta
 a la vez que latido de lo unánime y ciego.
 Tal es, arma cargada de futuro expansivo
 con que te apunto al pecho.
 
 No es una poesía gota a gota pensada.
 No es un bello producto. No es un fruto perfecto.
 Es algo como el aire que todos respiramos,
 y es el canto que espacia cuanto dentro llevamos.
 
 Son palabras que todos repetimos sintiendo
 como nuestras, y vuelan. Son más que lo mentado.
 Son lo más necesario: Lo que no tiene nombre.
 Son gritos en el cielo, y en la tierra son actos.
LAS BUENAS NOTICIAS
Maestro Thich Nhat Hanh
 
 Las buenas noticias son que estás vivo,
 que el tilo continúa todavía ahí,
 firme en el duro invierno.
 La buena noticia es que tienes
 unos ojos maravillosos
 para tocar el cielo azul.
 Las buenas noticias son que tu hijo
 está ahí delante de ti
 y que tus brazos están disponibles:
 es posible abrazarse.
 El diente de león está junto a la acera,
 sonriendo con una sonrisa maravillosa,
 cantando la canción de la eternidad,
 escucha.
 Tienes oídos que pueden oírla.
 Inclina tu cabeza. Escúchala.
 Deja atrás el mundo de la pena,
 de la preocupación,
 y sé libre.
 
 La última buena noticia
 es que puedes hacerlo".
CONSTRUIR UNA CASA
Alonso Vicent
Para construirse una casa
 lo primero es tener imaginación:
 aceptar consejos de la luna,
 calcular las nieblas,
 cimentar las nubes,
 sacar el nivel de las estrellas...
 y muchas ganas.
 Amasar azules y blancos
 con el justo componente de tierra;
 añadir pizarra y piedra,
 suelos y cielos
 y vistas verticales.
 Tener el agua a mano,
 ensanchar la mirada,
 inventar un mar de fondo
 y un jardín de faros
 que apaguen la oscuridad.
 Construir una casa es hacerse paisaje
 y compartirlo,
 es dejar que ella nos habite.
 Para construir una casa
 se necesita un precipicio amigo,
 un miedo reversible
 y una ley de la “ingravidad”.
 ...y Tiempo.
ANUNCIO DEL REINO DE LA ESTRELLA
Jacinto Fombona
Y ahora diré mi palabra a los hombres apacibles,
 para los hombres que agonizan en silencio,
 los que aun silabean el sentido del árbol,
 del cordero y del niño, de la techumbre y la campana.
 Hay un sitio en el mundo, hermanos míos,
 hay un sitio en el mundo detrás de los incendios.
 Más allá del inútil ramillete de las granadas,
 más allá de los garfios, de los filos,
 de las corazas y las redes,
 a espaldas del carbón y la ceniza,
 de las mejillas de papel y de los huesos machacados,
 para la flor, la espiga, el vellón y la leche,
 para todas las madres sin rencor en el mundo,
 para el panal, tiene que haber un sitio.
Por encima del humo, por encima de hospitales y cuervos,
si salváis la muralla de alaridos y hedores,
si rompéis la gangrena que os apresa en el aire,
del otro lado, hermanos, bajo cielos inermes,
entre prados de sombra dulce, con altas nubes de agua alegre,
besan mares de ovejas, algún sitio en el mundo.
No preguntéis, no preguntéis: ¿en dónde?
Mirad primero vuestras uñas, vuestras mandíbulas,
si guadañas y sierras no están creciendo de vosotros,
si boca y manos tienen sabor de lana y lirio,
si hay seña y en vuestros dedos de mariposas extinguidas,
de campanas muertas y cigarras mudas.
Id por la miel primero, por la miel más profunda,
más jocunda, que os ata el corazón a las abejas.
Mirad si en cada pecho se están copiando las estrellas,
si a su margen sin miedo puede asomarse un niño,
una flauta, un tejado, un palomar entero, sin borrarse.
Decidme qué habéis hecho con el fuego,
qué habéis hecho con el aire de los jardines y los pájaros,
con tanta oliva de mar como hundieron vuestros barcos,
con tanta tierra encinta de primaveras desdichadas.
Decidme qué moneda de sudor o de llanto
muere en vuestros bolsillos o es sangre en vuestros dientes.
Y si de veras sois los apacibles,
si sois de veras nardo y lino y vais desnudos,
entonces sabréis, entonces, que hay un sitio en el mundo.
Un sitio, sí, que está naciendo de vuestra luz más limpia.
Un sitio donde las hogueras forjan los cielos castos,
donde el agua entre dos costas tiende lazos de tibios nudos,
donde la tierra es madre de mejillas y besos.
Si lo queréis vosotros, hay un sitio en el mundo,
hay un sitio en el mundo detrás de los incendios,
más allá de los vientres grávidos que os imploran,
por sus grietas de cementerios mutilados,
el reino blanco y dulce de la estrella.
ODA A LA VIDA RETIRADA
Fray Luis de León
¡Qué descansada vida
 la del que huye del mundanal ruido,
 y sigue la escondida
 senda, por donde han ido
 los pocos sabios que en el mundo han sido;
 
 Que no le enturbia el pecho
 de los soberbios grandes el estado,
 ni del dorado techo
 se admira, fabricado
 del sabio Moro, en jaspe sustentado!
 
 No cura si la fama
 canta con voz su nombre pregonera,
 ni cura si encarama
 la lengua lisonjera
 lo que condena la verdad sincera.
 
 ¿Qué presta a mi contento
 si soy del vano dedo señalado;
 si, en busca deste viento,
 ando desalentado
 con ansias vivas, con mortal cuidado?
 
 ¡Oh monte, oh fuente, oh río,!
 ¡Oh secreto seguro, deleitoso!
 Roto casi el navío,
 a vuestro almo reposo
 huyo de aqueste mar tempestuoso.
 
 Un no rompido sueño,
 un día puro, alegre, libre quiero;
 no quiero ver el ceño
 vanamente severo
 de a quien la sangre ensalza o el dinero.
 
 Despiértenme las aves
 con su cantar sabroso no aprendido;
 no los cuidados graves
 de que es siempre seguido
 el que al ajeno arbitrio está atenido.
 
 Vivir quiero conmigo,
 gozar quiero del bien que debo al cielo,
 a solas, sin testigo,
 libre de amor, de celo,
 de odio, de esperanzas, de recelo.
 
 Del monte en la ladera,
 por mi mano plantado tengo un huerto,
 que con la primavera
 de bella flor cubierto
 ya muestra en esperanza el fruto cierto.
 
 Y como codiciosa
 por ver y acrecentar su hermosura,
 desde la cumbre airosa
 una fontana pura
 hasta llegar corriendo se apresura.
 
 Y luego, sosegada,
 el paso entre los árboles torciendo,
 el suelo de pasada
 de verdura vistiendo
 y con diversas flores va esparciendo.
 
 El aire del huerto orea
 y ofrece mil olores al sentido;
 los árboles menea
 con un manso ruido
 que del oro y del cetro pone olvido.
 
 Téngase su tesoro
 los que de un falso leño se confían;
 no es mío ver el lloro
 de los que desconfían
 cuando el cierzo y el ábrego porfían.
 
 La combatida antena
 cruje, y en ciega noche el claro día
 se torna, al cielo suena
 confusa vocería,
 y la mar enriquecen a porfía.
 
 A mí una pobrecilla
 mesa de amable paz bien abastada
 me basta, y la vajilla,
 de fino oro labrada
 sea de quien la mar no teme airada.
 
 Y mientras miserablemente
 se están los otros abrazando
 con sed insaciable
 del peligroso mando,
 tendido yo a la sombra esté cantando.
 
 A la sombra tendido,
 de hiedra y lauro eterno coronado,
 puesto el atento oído
 al son dulce, acordado,
 del plectro sabiamente meneado.
JORNADA DE REFLEXIÓN
Gonzalo Sánchez-Terán
Quien posee una bandera se cree dueño
 de la nación que esa bandera encarna.
Se cree dueño de quienes allí viven,
 sus ideas, su lengua, sus costumbres.
Y todo porque un día fue a un mercado
 y compró con dinero una bandera.
Al juntarse con gente que también
 compró banderas ya no tiene dudas,
 son propietarios de la tierra entera,
 y para ellos ser muchos es ser todos.
Los maldigo. Maldigo el uniforme
 de las almas, los cánticos del grupo
 aplastando el del pájaro distinto,
 los parterres humanos donde habría
 la varia flor que decidiera el viento,
 el latifundio del pensar cercado
 donde miles de huertas deberían
 irisar las llanuras, y maldigo
 al dios impuesto, a la moral impuesta,
 la libertad tan solo conjugada
 en primera persona del plural.
Cualquier bandera en lo alto de algún mástil
 está a media asta por la humanidad.
Todos quieren vivir en un país
 grande y próspero. Yo también. Mas quiero,
 aún más, vivir en uno digno y justo.
MI VIDA HUELE A FLOR
Elvira Sastre
He redondeado esquinas
 para no encontrar monstruos a la vuelta
 y me han atacado por la espalda.
 He lamido mi cara cuando lloraba
 para recordar el sabor del mar
 y solo he sentido escozor en los ojos.
 He esperado de brazos cruzados
 para abrazarme
 y me he dado de bruces contra mi propio cuerpo.
 He mentido tanto
 que cuando he dicho la verdad
 no
 me
 he
 creído.
 
 He huido
 con los ojos abiertos
 y el pasado me ha alcanzado.
 He aceptado
 con los ojos cerrados
 cofres vacíos
 y se me han ensuciado las manos.
 He escrito mi vida
 y no me he reconocido.
 
 He querido tanto
 que me he olvidado.
 He olvidado tanto
 que me he dejado de querer.
 
 Pero
 he muerto tantas veces
 que ahora sé resucitar
 —la vida es
 quien tiene la última palabra—.
 He llorado tanto
 que se me han hecho los ojos agua
 cuando he reído,
 y me he besado.
 He fallado tantas veces
 que ahora sé cómo discernir los aciertos de lo inevitable.
 He sido derrotada por mí misma
 con dolor y consciencia,
 pero la vuelta a casa ha sido tan dulce
 que me he dejado ganar
 —prefiero mi consuelo
 que el aplauso—.
 
 He perdido el rumbo
 pero he conocido la vida en el camino.
 He caído
 pero he visto estrellas en mi descenso
 y el desplome ha sido un sueño.
 
 He sangrado,
 pero
 todas mis espinas
 han evolucionado a rosa.
 
 Y ahora
 mi vida
 huele a flor.
LA BOLSITA DE LAVANDA
  
Mathieu Giménez
La gracia me basta (Henry Bauchau)
a Ana Prouteau
Nací
a la hora en la que los obreros devoran el corazón del tomate
y beben el vino más negro de las Corbières,
en una fábrica de pieles y entrañas.
El cuerpo de mi madre es una fragua,
cuyos fuelles vivientes alientan
un canto
lejano como el olor de las bolsitas de lavanda
que ella colocaba
por la mañana
debajo de mi almohada.
Pero ahí lo tienes, es doloroso una madre.
La miramos. Tantas cosas arden
y recomponen el universo.
Tantas palabras dichas y que separan.
Una trama hecha de cenizas y gratitud
en la que ambos moramos silenciosamente.
Pequeñas cenizas que ella sembró un día, en el jardín de los recuerdos,
ofrecidas hasta las lágrimas y la tramontana.
Y me pregunto.
¿Sus brazos han olvidado
que un día me abrazaron?
¿Mis manos han perdido el día
en que besaron sus pechos?
Pero cuando me quedo dormido,
encuentro bajo la almohada
una bolsita de lavanda,
colecciono en una sonrisa
los trocitos de esta gracia.
BLANCO SOBRE BLANCO
Ana Blandina
Escribo blanco sobre blanco
 aunque sé que nadie
 lo podrá leer,
 ni siquiera yo,
 después de olvidar lo que he escrito.
  
El bien es siempre
 difícil de entender;
 es más fácil aceptar un engaño
 en el paraíso
 que un noble sacrificio humano.
  
Me empeño en escribir
 blanco sobre blanco,
 aunque me dicen
 que por lo menos utilice
 letras brillantes
 cuando dibujo ramas de olivo
 o aburridas
 buenas obras.
 Pero
 aquí y ahora
 no tengo más que un color
 que pueda contenerlos todos,
 y escribo blanco sobre blanco.
 En vano.
TANTO COMO PUEDAS
Constantino Kavafis
Y si no puedes hacer tu vida como quieres,
 al menos intenta esto
 tanto como puedas: no la envilezcas
 en demasiados contactos con la gente,
 en demasiados trajines y conversaciones.
 
 No la envilezcas llevándola
 y trayéndola a menudo por todas partes y exponiéndola
 a la diaria locura
 de las compañías y las relaciones
 hasta que se vuelva fastidiosa como una extraña.
NACER
Angelina Gatell
A Félix Maraña
Verdad es que yo no pedí nunca
 nacer.
 ¿En virtud de qué idioma,
 desde qué singular manera,
 sostenida por qué razonamiento
 hubiera conseguido formular
 mi petición,
 expresar mi deseo?
Pero es muy raro el día
 que olvide dar las gracias por la estrella,
 el goce, la sorprendente circunstancia
 de estar aquí y sentirme
 un mínimo latido
 en el dolor universal del Hombre.
7 CAJAS
Abraham Guerrero Tenorio
Siete cajas engalanan el hueco,
 siete inocentes cajas de cartón
 son un pueblo, una familia, una calle,
 una forma de cocinar,
 una geografía
 una arboleda
 una relación.
Siete cajas son precariedad laboral,
 la nostalgia con olor a cerrado,
 se convierten en emblemas
 en raíces
 en anclas.
Siete cajas siempre empiezan de nuevo.
Y ahí están, otra vez, nuestras siete cajas
 con productos de Tiger,
 los 150 kg. que pesan nuestras vidas.
LA TIERRA PROMETIDA
Bruce Springsteen
En una pista de serpiente de cascabel en el desierto de Utah
recojo mi dinero y vuelvo a la ciudad.
Voy conduciendo a través de la línea del condado de Waynesboro
(Tengo la radio encendida y estoy matando el tiempo,
trabajando todo el día en el garaje de mi papá);
Voy conduciendo toda la noche persiguiendo algún espejismo.
¡Muy pronto, pequeña, me haré cargo de mí mismo!
Los perros de la calle principal se esconden porque entienden.
Si pudiera tomar un momento en mis manos.
Señor, ya no soy un chico, pero todavía no soy un hombre,
¡Y creo en la tierra prometida!
He hecho todo lo posible para vivir de la manera correcta.
Me levanto cada mañana y trabajo cada día.
Pero los ojos se ciegan y la sangre se enfría.
A veces me siento tan débil que sólo quiero explotar,
explotar y destrozar esta ciudad.
¡Toma un cuchillo y corta el dolor de mi corazón!
¿Cuándo encontraré a alguien con ganas de empezar algo nuevo?
Los perros de la calle principal se esconden porque entienden.
Si pudiera tomar un momento en mis manos.
Señor, ya no soy un chico, pero todavía no soy un hombre,
¡Y creo en la tierra prometida!
Hay una nube oscura que se levanta desde el suelo del desierto;
Preparo mi maleta y me dirijo directamente a la tormenta;
Va a ser un tornado que lo derribará todo.
Allí no hay fe para mantenerte firme.
¡Sopla las ilusiones que te desgarran,
sopla las ilusiones que rompen tu corazón,
sopla las mentiras que no te dejan perdido y el corazón roto!
Los perros de la calle principal se esconden porque entienden.
Si pudiera tomar un momento en mis manos.
Señor, ya no soy un chico, pero todavía no soy un hombre,
¡Y creo en la tierra prometida!
¡Y creo en la tierra prometida!
TODO TIENE SENTIDO
Ángel Rupérez
Todo tiene sentido, conocemos esa ley perdurable.
Observemos nuestra naturaleza, obedezcamos a nuestros ojos,
pidámosles lo que ellos piden, sepamos lo que ellos saben.
Investiguemos en nuestro ser profundo,
solicitemos más a nuestro mudo anhelo, sepamos construir existencia.
Es decir, acerquémonos a la intimidad de la lluvia primaveral
y sepamos cómo extrae brillo de las hojas
iluminadas por el agua que las lava para saciarlas
de beatitud, confianza, austeridad y alegre esperanza.
Sepamos hacer eso, sin cansancio posible, una y otra vez,
siempre, eterno retorno de nosotros mismos,
felices por sentir esa obligación, satisfechos por conocerla
gracias al sentimiento (él es y será siempre nuestra callada poesía).
Descendamos entonces y averigüemos esa constancia
que se suspende de la rama y aguanta ventoleras
y soporta rachas lluviosas y no se desprende y es feliz.
Descendamos a la naturalidad de hoy, otra vez mayo,
cerca de las acacias, cerca del asombro recuperado,
luz de atardecer que aguanta el resplandor entre la lluvia,
claridad contenida que redescubre el verdor para la vista,
exactitud de la celebración, concierto de las alabanzas.
Descendamos a esa realidad, sepamos de ella, viajemos hacía ella.
Limpia luz del atardecer, claridad de las hojas radiantes,
la existencia se ceba en vuestros dones recibidos como pan celestial
y en vuestro cuerpo está la raíz de mi eterno retorno.
BELLEZA
Luís Eduardo Aute
 Enemigo de la guerra
 y su reverso, la medalla,
 no propuse otra batalla
 que librar al corazón
 de ponerse cuerpo a tierra
 bajo el peso de una historia
 que iba a alzar hasta la gloria
 el poder de la razón.
 Y ahora que ya no hay trincheras
 el combate es la escalera,
 y el que trepe a lo más alto
 pondrá a salvo su cabeza
 aunque se hunda en el asfalto
 la belleza, la belleza, la belleza,
la belleza, la belleza.
 Míralos como reptiles
 al acecho de la presa
 negociando en cada mesa
 maquillajes de ocasión.
 Siguen todos los raíles
 que conduzcan a la cumbre,
 locos porque nos deslumbre
 su parásita ambición.
 Antes iban de profetas
 y ahora el éxito es su meta
 mercaderes, traficantes,
 más que nausea dan tristeza
 no rozaron ni un instante
  
la belleza, la belleza, la belleza,
 la belleza,  la belleza.
 Y me hablaron de futuros
 fraternales, solidarios,
 donde todo lo falsario
 acabaría en el pilón.
 Y ahora que se cae el muro,
 ya no somos tan iguales,
 tanto vendes, tanto vales
 ¡Viva la revolución!
 Reivindico el espejismo
 de intentar ser uno mismo.
 Ese viaje hacia la nada
 que consiste en la certeza
 de encontrar en tu mirada
  
la belleza, la belleza, la belleza,
 la belleza, la belleza.
EN PAZ
Amado Nervo
Muy cerca de mi ocaso, yo te bendigo, vida,
porque nunca me diste ni esperanza fallida,
ni trabajos injustos, ni pena inmerecida;
porque veo al final de mi rudo camino
que yo fui el arquitecto de mi propio destino;
que si extraje la miel o la hiel de las cosas,
fue porque en ellas puse hiel o mieles sabrosas:
cuando planté rosales, coseché siempre rosas.
...Cierto, a mis lozanías va a seguir el invierno:
¡mas tú no me dijiste que mayo fuese eterno!
Hallé sin duda largas noches de mis penas;
mas no me prometiste tú sólo noches buenas;
y en cambio tuve algunas santamente serenas...
Amé, fui amado, el sol acarició mi faz.
¡Vida, nada me debes! ¡Vida, estamos en paz!
PIENSA TAMBIÉN CON LOS PIES
Pedro Casaldáliga
Piensa también
con los pies
sobre el camino
cansado
por tantos pies caminantes.
Piensa también, sobre todo,
con el corazón
abierto
a todos los corazones
que laten igual que el tuyo,
como hermanos,
peregrinos,
heridos también de vida,
heridos quizá de muerte.
Piensa vital, conviviente
conflictivamente hermano,
tiernamente compañero.
LA VIDA EN LAS TRINCHERAS
Manuel Francisco Reina
Para Guadalupe Grande
                  La risa es tan sólo una trinchera.
 Una de esas zanjas, improvisadas,
 donde aguardamos juntos el momento
 de saltarle al cuello a la injusticia.
 Hay otras zanjas, sí: la poesía.
 Ese espacio habitado en el vacío,
 que tinta de emociones la blancura
 más helada e inhóspita del silencio.
 O la alegría; esa enorme chispa
 que sin remedio prende en nosotros,
 y anida inquieta como los gorriones
 que rompen el aire con su gran ruido.
                  La risa es tan sólo una trinchera.
 Es como un refugio abierto en la cara
 a la esperanza de todo el mundo.
 Es como una bandera sin más bandos
 que reunirnos en la risa de otros.
 Es como una cueva de maravillas
 donde los niños llevan su inocencia,
 sin saber que ésta es oro incalculable,
 joya que brillará en sus recuerdos.
 Pero así, y sin grandes estrategias,
 la risa nos cumple su labor de salvaguarda,
 y nos mantiene vivos en tiempo de metralla,
 en horas del hastío más oscuro.
                  La risa es tan sólo una trinchera,
 pero es un surco roto por la vida,
 latente de impaciencia por lo bueno
 que espera su señal para el asalto.
LO QUE NOS SALVA
José Ramón Romo
Lo que nos salva es el amor.
No tengo duda alguna.
Lo que nos salva es la gratitud
cuando has subido y bajado
varias veces a Monte Perdido.
Lo que nos salva
es el camino de Santiago
o el camino a Lisboa.
Aunque no sabemos
si los tragos de soledad
nos dejarán escuchar
la última de Hakuna
que me habla
de los dedos piadosos
de mi Padre, Dios.
Lo que nos salva
es que no nos salvamos solos.
SOY LA LÍNEA DE UN SARI
Mahatma Ghandi
Soy la línea firme de un sari,
 el candil que ilumina a los espíritus callados,
 la fe que la conciencia esparce entre los lirios.
 
 Fui destino de ley, mansedumbre, al fin,
 catálogo de espigas rotas en mi nombre.
 
 ¿Qué huella deja un ser que vive de rodillas en el tumulto árido?
 
 El sur, la verdad del colibrí en mis hombros,
 el alfanje del suburbio, esta piel aceitunada
 que se hinca como una flor sin alma.
 
 Alcémonos con las alas del sueño,
 seamos los príncipes del silencio,
 pero hostiles igual que un pétalo de piedra
 que nadie podrá mover.
 
 Es la unión el eje de la verdad,
 nuestra sed reclama un orgullo de milenios,
 lunas encendidas, pasión mística
 que se encumbra como una rueca de oro,
 gira su óbolo, imparable el aliento de la vida.
 
 Venid, hermanos que clamáis,
 cascabeles que no cesan de bullir,
 venid con la sal del odio que ya es azúcar en los labios,
 mudez de ojos grandes, inamovible cintura de un pueblo.
 
 Este país aún es virgen, pero crecerán sus mármoles
 con un lenguaje antiguo, no el impostado,
 acacias e higueras manarán del luto,
 no como la blanda raíz que amarillea en la piel albina,
 nunca más como un látigo real sobre la certidumbre del destino.
 
 Nada quiero que no pueda irse sin mí,
 paz y un brote de nenúfar en el lago de la eternidad.
 
 Que hablen los niños con su voz de futuro.
VIVE
Charles Chaplin
Ya perdoné errores casi imperdonables.
Trate de sustituir personas insustituibles,
de olvidar personas inolvidables.
Ya hice cosas por impulso.
Ya me decepcioné con algunas personas,
mas también yo decepcioné a alguien.
Ya abracé para proteger.
Ya me reí cuando no podía.
Ya hice amigos eternos.
Ya amé y fui amado, pero también fui rechazado.
Ya fui amado y no supe amar.
Ya grité y salté de felicidad.
Ya viví de amor e hice juramentos eternos,
pero también los he roto y muchos.
Ya lloré escuchando música y viendo fotos.
Ya llamé sólo para escuchar una voz.
Ya me enamoré por una sonrisa.
Ya pensé que iba a morir de tanta nostalgia y…
Tuve miedo de perder a alguien especial
y terminé perdiéndolo
¡pero sobreviví!
¡y todavía vivo!
No paso por la vida
y tú tampoco deberías sólo pasar… ¡Vive!
Bueno es ir a la lucha con determinación
abrazar la vida y vivir con pasión.
Perder con clase y vencer con osadía,
porque el mundo pertenece a quien se atreve
y la vida es mucho más para ser insignificante.
NO ANHELAMOS
Pedro Casaldáliga
No anhelamos comer la fruta vana.
 Hijos de barro y libertad, nosotros,
 en la común desolación humana,
 no queremos ser dioses, sino otros.
Queremos ser y hacer hijos y hermanos
 sobre la tierra madre compartida,
 sin lucros y sin deudas en las manos,
 sueltos los ríos claros de la vida.
Libres de querubines y de espadas,
 queremos conjugar nuestras miradas,
 todos iguales en el nuevo edén.
Y en los silencios de la tarde honda
 sentir Tu paso amigo por la fronda
 y el aire de Tu boca en nuestra sien.
NO TE DETENGAS
Walt Whitman
No dejes que termine el día sin haber crecido un poco,
 sin haber sido feliz, sin haber aumentado tus sueños.
 No te dejes vencer por el desaliento.
 No permitas que nadie te quite el derecho a expresarte,
 que es casi un deber.
 No abandones las ansias de hacer de tu vida algo extraordinario.
 No dejes de creer que las palabras y las poesías
 sí pueden cambiar el mundo.
 Pase lo que pase nuestra esencia está intacta.
 Somos seres llenos de pasión.
 La vida es desierto y oasis.
 Nos derriba, nos lastima,
 nos enseña,
 nos convierte en protagonistas
 de nuestra propia historia.
 Aunque el viento sople en contra,
 la poderosa obra continúa:
 Tu puedes aportar una estrofa.
 No dejes nunca de soñar,
 porque en sueños es libre el hombre.
 No caigas en el peor de los errores:
 el silencio.
 La mayoría vive en un silencio espantoso.
 No te resignes.
 Huye.
  
Emito mis alaridos por los techos de este mundo,
 dice el poeta.
 Valora la belleza de las cosas simples.
 Se puede hacer bella poesía sobre pequeñas cosas,
 pero no podemos remar en contra de nosotros mismos.
 Eso transforma la vida en un infierno.
 Disfruta del pánico que te provoca
 tener la vida por delante.
 Vívela intensamente,
 sin mediocridad.
 Piensa que en ti está el futuro
  
y encara la tarea con orgullo y sin miedo.
 Aprende de quienes puedan enseñarte.
 Las experiencias de quienes nos precedieron
 de nuestros 
poetas muertos,
 te ayudan a caminar por la vida.
 La sociedad de hoy somos nosotros:
 los 
poetas vivos.
 No permitas que la vida te pase a ti sin que la vivas.
SAETERO
  
Ezequías Blanco
 
 DAR en el blanco de los nombres
 es tu oficio. Repasar la cuerda con el dedo
 mojado varias veces.
 Guiñar el ojo de la inteligencia.
 Tener dominio de la respiración
 y del pulso. Tensar el arco
 saetero. Contener
 la emoción de las flechas y sus nervios...
 A lo que fue incontable dar sentido.
 Rescatar la memoria de lo que fue olvidado
 para si dices rosa que gotee
 si sangre que dé luz
 si oscuridad que resplandezca.
HUÉRFANOS DE AMOR
Víctor Córdoba Herrero
  
Pido sentir los latidos del mar
 y en su vivo perfume amanecer,
 para ser brisa de amor en el ser
 y paz en las ciegas noches cantar.
 
 Ni el odio, ni la fuerza, han de pasar;
 ni bombas, ni balas deseo ver;
 los arsenales han de fenecer,
 para que la vida vuelva a triunfar.
 
 Sólo el albor es salve para el alma,
 armónica armonía que nos revive,
 en la sombra sombrosa de la calma.
 
 En la calma se colma el alma, y vive
 donándose, como luna en la palma
 del cielo y como sol que amor recibe.
EL AMOR ESTÁ EN LO QUE TENDEMOS...
José Ángel Valente
El amor está en lo que tendemos
(puentes, palabras ).
El amor está en todo lo que izamos
(risas, banderas).
Y en lo que combatimos
(noche, vacío)
por verdadero amor.
El amor está en cuanto levantamos
(torres, promesas).
En cuanto recogemos y sembramos
(hijos, futuro).
Y en las ruinas de lo que abatimos
(desposesión, mentira)
por verdadero amor.
HAMBRE
Peter Scütt
A veces tengo
hambre
nada más que
de una palabra amable,
una palabra contra el frío,
contra el miedo,
una sola palabra
para calentarme
y para respirar,
una palabra sin peso de plomo,
cargada solamente
con un grano de paz,
para que no eche
enseguida a volar.
CAMINO BLANCO, VIEJO CAMINO
Rosalía de Castro
Camino blanco, viejo camino,
desigual, pedregoso y estrecho,
donde el eco apacible resuena
del arroyo que pasa bullendo,
y en donde detiene su vuelo inconstante,
o el paso ligero,
de la fruta que brota en las zarzas
buscando el sabroso y agreste alimento,
el gorrión adusto,
los niños hambrientos,
las cabras monteses
y el perro sin dueño...
Blanca senda, camino olvidado,
¡bullicioso y alegre otro tiempo!,
del que solo y a pie de la vida
va andando su larga jornada, más bello
y agradable a los ojos pareces
cuanto más solitario y más yermo.
Que al cruzar por la ruta espaciosa
donde lucen sus trenes soberbios
los dichosos del mundo, descalzo,
sudoroso y de polvo cubierto,
¡qué extrañeza y profundo desvío
infunde en las almas el pobre viajero!
CONTACTO EXTERNO
Vicente Huidobro
Mis ojos de plaza pública
Mis ojos de silencio y de desierto
El dulce tumulto interno
La soledad que se despierta
Cuando el perfume se separa de las flores y emprende el viaje
Y el río del alma largo largo
Que no dice más ni tiempo ni espacio
Un día vendrá ha venido ya
La selva forma una sustancia prodigiosa
La luna tose
El mar desciende de su coche
Un jour viendra est déjà venu
Y Yo no digo más ni primavera ni invierno
Hay que saltar del corazón al mundo
Hay que construir un poco de infinito para el hombre
LLEVO UN GRITO
Juan José Alcolea
Llevo un grito de amor calladamente,
calladamente alzado por mi vena,
Llevo un grito de amor que me resuena
bscando mi garganta ansiadamente.
Llevo un grito de amor que es una fuente
que va con su insistente cantilena
sonando en mi extensión y que me llena
de ruido el corazón hasta la frente.
Lleva tanto rumor la sangre mía
en este cuerpo angosto en que resido
que el grito ya es clamor que me extravía.
Cual brisa enamorada, en un latido
de dulce susurrar y de armonía
quisiera despertarme en el olvido.
DESPERTAR VOCACIONES
Gloria Fuertes
Yo quiero despertar vocaciones para que la gente se haga voluntaria.
Ser voluntario es ser profundamente humano.
Ser voluntario es acudir a la calle, a la casa, a la cárcel,
al barrio del pueblo donde hay un ser que sufre.
Ser voluntario es entrar en el corazón de los que lo pasan mal.
Cuando el voluntario visita a alguno que está solo, le cura la soledad.
Cuando le habla, le ayuda, le escucha y le acompaña:
el solitario mejora su soledad,
que es junto con otras, la enfermedad de los ancianos.
El voluntario trabaja gratis, no gana nada.
Yo no quiero negarlo, pero el voluntario gana muchísimo.
Gana el placer de ser útil, la sonrisa de un anciano o de un enfermo,
el abrazo de un niño sin padres, la amistad de un paralítico
y el afecto y la amistad de un preso.
El voluntario sabe que el camino de su vocación,
escogida libremente, es ir donde vive el dolor.
El dolor físico ó psíquico le espera
y tiene que ir lleno de ilusión, alegría, comprensión y amor,
tesoros espirituales que si no se tienen no se pueden dar.
El dolor puede ser destruido por el amor, no sólo por la farmacia.
Hacerse voluntario es también salvarse del aburrimiento,
salvarse de la vulgaridad, de la rutina, del materialismo.
Y os hace sentiros útiles, solidarios, amables, importantes,
«medicina» que cure al de la «historia».
Os pido que contagiéis este «virus» de bondad que tenéis
a vuestros amigos y amigas, para que ellos también sean nuevos voluntarios.
Más que un gran premio de la lotería,
más que un premio Nobel de lo que sea,
es lo que recibe el voluntario cada noche cuando se va a dormir;
es lo que recibe el voluntario que durante unas horas al día
ha alegrado a una persona triste, ha hecho sonreír a un enfermo,
ha paseado en su silla de ruedas a una persona que no puede valerse.
El premio del voluntariado es que pasa a ser un artista.
El voluntario no ha pintado un cuadro, no ha hecho una escultura,
no ha creado una música, no ha escrito un poema,
pero ha hecho una obra de arte con sus horas libres.
Todavía hay milagros, milagros demostrables, que los hacen, que los hacéis.
Y los harán los nuevos voluntarios.
¿QUE LES QUEDA A LOS JÓVENES?
Mario Benedetti
¿Qué les queda por probar a los jóvenes
en este mundo de paciencia y asco?
¿sólo grafiti? ¿rock? ¿escepticismo?
También les queda no decir amén,
no dejar que les maten el amor,
recuperar el habla y la utopía,
ser jóvenes sin prisa y con memoria,
situarse en una historia que es la suya,
no convertirse en viejos prematuros.
¿Qué les queda por probar a los jóvenes
en este mundo de rutina y ruina?
¿cocaína? ¿cerveza? ¿barras bravas?
Les queda respirar, abrir los ojos,
descubrir las raíces del horror,
inventar paz así sea a ponchazos,
entenderse con la naturaleza,
y con la lluvia y los relámpagos
y con el sentimiento y con la muerte
esa loca de atar y desatar.
¿Qué les queda por probar a los jóvenes
en este mundo de consumo y humo?
¿vértigo? ¿asaltos? ¿discotecas?
También les queda discutir con dios,
tanto si existe como si no existe.
tender manos que ayudan, abrir puertas
entre el corazón propio y el ajeno,
sobre todo les queda hacer futuro
a pesar de los ruines del pasado
y los sabios granujas del presente.
HACIA EL FINAL
Jorge Guillén
Llegamos al final,
a la etapa final de una existencia.
¿Habrá un fin a mi amor, a mis afectos?
Sólo concluirán
bajo el tajante golpe decisivo.
¿Habrá un fin al saber?
Nunca, nunca. Se está siempre al principio
de una curiosidad inextinguible
frente a infinita vida.
¿Habrá un fin a la obra?
Por supuesto.
Y si aspira a unidad,
por la propia exigencia del conjunto.
¿Destino?
No, mejor: la vocación
más íntima.
PARA PONERLE NOMBRE
Juan José Alcolea
Para ponerle nombre
a lo que el corazón me grita
esa inaccesible pulsación de sombra
ese oscuro batir del sentimiento
para robar palabras que sólo escucha el aire
para alumbrar auroras que rompan sobre el tedio
para que
herida ronca que al callar supura
sepáis del hombre que en mí derrama el tiempo
COMO LA SAL
Emma-Margarita R.A. Valdés
Como la sal aguada mi hice sosa
y no entregué el amor que recibí.
Como la luz nublada no alumbré
el camino de fe que lleva a Ti.
Como la levadura caducada
no elevé el corazón y me perdí.
Como sal alegraste mi existencia
con la esperanza en una nueva vida.
Como luz esplendente en noche oscura
alumbraste mi fe, fría, perdida.
Como la levadura me encumbraste
y sentí tu alma en mi alma entretejida.
Quiero darte lo que de mí deseas,
hazme ser sal, ser luz, ser levadura
para un mundo que olvida su destino.
Que mi alma sea bulliciosa y pura.
Quiero ser esa estrella, que en la noche,
con destellos de fe por Ti fulgura.
Quiero fortalecer mi débil fuerza
con el pan de tu amor y tu ternura.
VOY A PASAR LA VIDA
Pedro Casaldáliga
Voy a pasar la vida
 más o menos inútil,
 más o menos poeta.
 No habré sido magnate ni gerente de lucros,
 ni albañil o mecánico.
 Habré plantado unos contados árboles
 y habré escrito unos libros, muchas cartas,
 hojas hijos al viento.
Procura que la Gracia y la Ternura
 llenen de vino nuevo …
 tu ánfora de barro.
 Dios mide a su manera la eficacia.
 Ama a todos los hijos de los hombres.
 Di tus palabras como las semillas
 que mueren pero brotan.
 Haz de tu corazón
 un ambulante hogar desatrancado,
 una lona de circo bullanguero.
 Deja las digitales de tus pies peregrinos
 como besos en llama solidaria
 sobre la carne de la Madre Tierra.
 Posa tus ojos, tibios ya de ocaso,
 como lumbres de aceite, acurrucadas
 en la vigilia universal del Tiempo.
ORACIÓN DEL DISCÍPULO
Bejamín Forcano
Aquí estoy, Señor,
tal como Tú me has hecho,
tratando de descubrir en el día a día,
el sentido que tu voluntad ha impreso a mi vida.
En ese caminar propio me sobreañades
la vida de Jesús, que me ayuda,
marcando mojones en el camino.
Soy uno entre tantos,
hermano universal de todos,
igual que todos,
servidor de todos,
superservidor en todo caso
de los más pobres.
Mi ser es amor,
verificable en el amor al prójimo,
vicario tuyo.
Sé que estás en todos, creyentes o no,
y a nadie exiges más de lo que es.
No me queda sino trabajar,
pacífica y amorosamente,
en todo lugar,
pues tu Reino allí está y crece,
donde está cualquier persona.
Tu Palabra llega a todos los hombres,
cómo sólo Tú sabes.
Mi misión evangelizadora es ser yo,
interconectado en todos y con todo,
abarcando la totalidad de tu Reino.
Estaré a la escucha,
en respeto y comprensión,
sin estorbar,
sin discriminar,
sin imponer,
sin lamentarme,
sin enfatuarme,
acechando el reverbero de tu amor,
que de todos sale y a todos llega.
Seré feliz, cuando en todos me vea feliz,
en esa familia tuya universal,
sustentadora de todo amor.
Voy a seguirte como María,
hermana de humanidad y madre universal.
Seré feliz, si acierto a hacer creíble tu presencia ,
en la entrañable casa de la Tierra
imperecedera luego en la Casa del cielo.
ME QUEDA LA PALABRA
Blas de Otero
Si he perdido la vida, el tiempo, todo
 lo que tiré, como un anillo, al agua,
 si he perdido la voz en la maleza,
 me queda la palabra.
 
 Si he sufrido la sed, el hambre, todo
 lo que era mío y resultó ser nada,
 si he segado las sombras en silencio,
 me queda la palabra.
 
 Si abrí los labios para ver el rostro
 puro y terrible de mi patria,
 si abrí los labios hasta desgarrármelos,
 me queda la palabra.
LO SABEMOS
León Felipe
Sabemos que no hay tierra
 ni estrellas prometidas.
 Lo sabemos, Señor, lo sabemos
 y seguimos contigo trabajando.
 Sabemos que mil veces y mil veces
 pararemos de nuevo nuestro carro
 y que mil y mil veces en la tierra
 alzaremos de nuevo
 nuestro viejo tinglado.
 Sabemos que por ello no tendremos
 ni ración ni salario.
 Lo sabemos, Señor, lo sabemos
 y seguimos contigo trabajando.
 
 Y sabemos
 que sobre este tinglado
 hemos de hacer mil veces y mil veces todavía
 el mismo viejo truco bufo-trágico
 sin elogios
 ni aplausos.
 Lo sabemos, Señor, lo sabemos
 y seguimos contigo trabajando...
LOS NADIES
Eduardo Galeano
Sueñan las pulgas con comprarse un perro y sueñan los nadie con salir de pobres, que algún mágico día llueva de pronto la buena suerte, que llueva a cántaros la buena suerte; pero la buena suerte no llueve ayer, ni hoy, ni mañana, ni nunca.
Ni en lloviznita cae del cielo la buena suerte, por mucho que los nadie la llamen, aunque les pique la mano izquierda, o se levanten con el pie derecho, o empiecen el año cambiando de escoba.
Los nadie: los hijos de nadie, los dueños de nada.
Los nadie: los ningunos, los ninguneados, corriendo la liebre, muriendo la vida, jodidos, rejodidos.
Que no son, aunque sean.
Que no hablan idiomas, sino dialectos.
Que no profesan religiones, sino supersticiones.
Que no hacen arte, sino artesanía.
Que no practican cultura, sino folklore.
Que no son seres humanos, sino recursos humanos. 
Que no tienen cara, sino brazos.
Que no tienen nombre, sino número.
Que no figuran en la historia universal, sino en la crónica roja de la
prensa local.
Los nadie, que cuestan menos que la bala que los mata.
MAESTRA RURAL
Gabriela Mistral
 La maestra era pura. Los suaves hortelanos,
 decía, de este predio, que es predio de Jesús,
 han de conservar puros los ojos y las manos,
 guardar claros sus óleos, para dar clara luz.
 La maestra era pobre. Su reino no es humano.
 (Así en el doloroso sembrador de Israel).
 Vestía sayas pardas, no enjoyaba su mano
 ¡y era todo su espíritu un inmenso joyel!
 La maestra era alegre. ¡Pobre mujer herida!
 Su sonrisa fue un modo de llorar con bondad.
 Por sobre la sandalia rota y enrojecida,
 era ella la insigne flor de su santidad.
 ¡Dulce ser! En su río de mieles, caudaloso,
 largamente abrevaba sus tigres el dolor.
 Los hierros que le abrieron el pecho generoso
 ¡más anchas le dejaron las cuencas del amor!
 ¡Oh labriego, cuyo hijo de su labio aprendía
 el himno y la plegaria, nunca viste el fulgor
 del lucero cautivo que en sus carnes ardía:
 pasaste sin besar su corazón en flor!
 Campesina, ¿recuerdas que alguna vez prendiste
 su nombre a un comentario brutal o baladí?
 Cien veces la miraste, ninguna vez la viste
 ¡y en el solar de tu hijo, de ella hay más que de ti!
  Pasó por él su fina, su delicada esteva,
 abriendo surcos donde alojar perfección.
 La albada de virtudes de que lento se nieva
 es suya. Campesina, ¿no le pides perdón?
 Daba sombra por una selva su encina hendida
 el día en que la muerte la convidó a partir.
 Pensando en que su madre la esperaba dormida,
 a La de Ojos Profundos se dio sin resistir.
 Y en su Dios se ha dormido, como en cojín de luna;
 almohada de sus sienes, una constelación;
 canta el Padre para ella sus canciones de cuna
 ¡y la paz llueve largo sobre su corazón!
 Como un henchido vaso, traía el alma hecha
 para dar ambrosía de toda eternidad;
 y era su vida humana la dilatada brecha
 que suele abrirse el Padre para echar claridad.
 Por eso aún el polvo de sus huesos sustenta
 púrpura de rosales de violento llamear.
 ¡Y el cuidador de tumbas, como aroma, me cuenta,
 las plantas del que huella sus huesos, al pasar!
EL PLACER DE SERVIR
Gabriela Mistral
Toda naturaleza es un anhelo de servicio.
Sirve la nube, sirve el viento, sirve el surco.
Donde haya un árbol que plantar, plántalo tú;
Donde haya un error que enmendar, enmiéndalo tú;
Donde haya un esfuerzo que todos esquivan, acéptalo tú.
Sé el que aparta la piedra del camino,
El odio entre los corazones y las dificultades del problema.
Hay una alegría del ser sano y la de ser justo, pero hay,
sobre todo, la hermosa, la inmensa alegría de servir.
Qué triste sería el mundo si todo estuviera hecho,
si no hubiera un rosal que plantar, una empresa que emprender.
Que no te atraigan solamente los trabajos fáciles,
¡Es tan bello hacer lo que otros rechazan!
Pero no caigas en el error de que sólo se hace mérito
con los grandes trabajos; hay pequeños servicios
que son buenos servicios: ordenar una mesa,
ordenar unos libros, peinar una niña.
Aquel que critica, éste es el que destruye, tu sé el que sirve.
El servir no es faena de seres sumisos
Dios que da el fruto y la luz, sirve.
Pudiera llamarse así: "El que Sirve".
Y tiene sus ojos fijos en nuestras manos
y nos pregunta cada día: ¿Serviste hoy? ¿A quién?
¿Al árbol, a tu amigo, a tu madre?
DEJAD QUE OS COJA LA MANO
Juan José Alcolea
Dejad que os coja la mano
 que mi piel con vuestra piel
 descanse de su cansancio.
 
 Dejadme que de la miel
 del dulce calor humano
 me sacie de tanta sed
 y dejadme, terminando,
 que peregrine después.
 
 Hay manos que están buscando
  
el calor que yo les dé.
CARA A CARA
Pedro Salinas
Cara a cara te miro,
destino. Yo te entiendo.
Ya no eres tú, ya eres,
igual que yo, yo mismo.
¡Qué de años estuvimos
tú por tu lado, yo
aparte, tan perdidos!
Como el aire y la lona
antes de desposarse,
ajenos, parecíamos
dos quereres distintos.
Pero en un día azul,
cuando el mar se alboroza
en delicias innúmeras
de espumas o de conchas
se comprende por fin
que el viento es el destino
único de la vela,
que la vela no tiene
otra suerte que el viento.
Ya no habrá tierras lejos:
las alcanzan las quillas
por gracia de las bodas
con que ahora las coronan
las rachas y la tela.
Vivir es una larga
promesa de promesas.
  
Dichoso el que un día sale humilde
  y se va por la calle, como tantos
  días más de su vida, y no lo espera
  y, de pronto, ¿qué es esto?, mira a lo alto
  y ve, pone el oído al mundo y oye,
  anda, y siente subirle entre los pasos
  el amor de la tierra, y sigue, y abre
  su taller verdadero, y en sus manos
  brilla limpio su oficio, y nos lo entrega
  de corazón porque ama, y va al trabajo
  temblando como un niño que comulga
  mas sin caber en el pellejo, y cuando
  se ha dado cuenta al fin de lo sencillo
  que ha sido todo, ya el jornal ganado,
  vuelve a su casa alegre y siente que alguien
  empuña su aldabón, y no es en vano.
Claudio Rodríguez
¡SEMBRAD!
Sor Cristina de la Cruz OSH
 Sin saber quien recoge, sembrad,
 serenos, sin prisas,
 las buenas palabras, acciones, sonrisas...
 que se lleven la siembra las brisas.
 Con un gesto que ahuyenta el temor
 abarcad la tierra,
 en ella se encierra
 la gran esperanza para el sembrador.
 ¡Abarcad la tierra!
 No os importe no ver germinar
 el don de alegría;
 sin melancolía
 dejad al capricho del viento volar
 la siembra de un día.
 Las espigas dobles romperán después.
 Yo abriré la mano
 para echar mi grano
 como una armoniosa promesa de mies
 en el surco humano.
DE AMOR Y DE PALABRA
Juan José Alcolea
 De amor y de palabra me recibo,
 de amor y de palabra voy urgente
 sembrando la ilusión en que me vivo.
 De amor y de palabra oscuramente.
 De amor y de palabra llevo activo
 el eco de mi voz y mi simiente,
 de amor y de palabra es lo que escribo
 y va mi corazón de carga ingente.
 Si alguno me encontráis en la espesura
 del bosque del futuro en que me ausente
 cerrad de cielo azul mi sepultura.
 Quisiera descansar pausadamente
 en esta larga y leve singladura
 soñándome en palabra eternamente.
MISIONEROS
Himno del breviario
Dichosos los que oísteis la llamada
al pleno seguimiento del Maestro,
dichosos cuando puso su mirada
y os quiso para amigo y compañero.
Dichosos si abrazasteis la pobreza
para llenar de Dios vuestras alforjas,
para seguirle a él con fortaleza,
con gozo y con amor a todas horas.
Dichosos mensajeros de verdades,
marchando por caminos de la tierra,
predicando bondad contra maldades,
pregonando la paz contra las guerras.
Dichosos, del perdón dispensadores,
dichosos, de los tristes el consuelo,
dichosos, de los hombres servidores,
dichosos, herederos de los cielos.
EDUCAR
Gabriel Celaya
Educar es lo mismo que poner motor a una barca...
 hay que medir, pesar, equilibrar...
 ...y poner todo en marcha.
 
 Para eso, uno tiene que llevar en el alma
 un poco de marino... un poco de pirata... un poco de poeta...
 y un kilo y medio de paciencia concentrada.
 
 Pero es consolador soñar mientras uno trabaja,
 que ese barco, ese niño irá muy lejos por el agua.
 
Soñar que ese navío llevará nuestra carga de palabras
 hacia los puertos distantes, hacia islas lejanas.
 
 Soñar que cuando un día esté durmiendo
 nuestra propia barca,
 en barcos nuevos seguirá nuestra bandera
 enarbolada.
LA SEMENTERA
Meditación al amanecer
José Mª Pemán
Ya es tiempo de sementera,
y en los surcos de la arada
se escucha ya la tonada,
que ayer se escuchó en la era.
Y ya va el gañán a arar
las tierras de sementera,
con la mano en la macera
y en los labios un cantar.
Tierra pródiga y jugosa
de mi fértil heredad,
en esta mañana hermosa,
me has dado una generosa
lección de fecundidad.
Toda la tierra está henchida
de preñez de sementera
¿y yo he de hacer de mi vida,
rama estéril y podrida
digna solo de la hoguera?.
La vida que no florece,
y ni fecunda, ni crece,
es vida que no merece
el santo nombre de vida.
Mas no temáis a la vida,
que si la cumbre es erguida
y es pedregoso el atajo,
el cariño y el trabajo,
hacen dulce la subida.
Que este anhelo de poesía
que busco yo y no se harta,
jamás de luz y armonía
Dios se la dio al alma mía
para que yo la reparta.
Por eso busco los modos,
de cantar en mis poesías,
pasiones que siendo mías
son las pasiones de todos.
Y quisiera conseguir,
hacer a todos sentir
un mismo anhelo infinito,
y ante mis versos oír
a cada uno decir:
eso lo hubiera yo escrito
si yo supiera escribir.
Quiero hacer bien en mi vida
para sentir en mi pecho
esa dulzura escondida
que engendra la indefinida
satisfacción del bien hecho.
Que es verdad que, aunque hay quien
nunca logrará entenderlo,
hay un goce en hacer el bien
por solo el goce de hacerlo.
Y es que al que siembra este suelo
de rosales, de poesía,
de esperanza, de alegría,
de fortaleza y consuelo,
y el que da a sus hermanos
rosa de consejos sanos,
y palabras bondadosas...
¡Siempre le queda en las manos
algún perfume de rosas!
Siento en mi pecho bullir
ansias de amar con fervor...
¡que quien no derrocha amor
no sabe lo que es vivir!.
Compartir quiero mis días
con otras almas hermanas
y partir mis alegrías
que, en lo que tienen de humanas
son tan suyas como mías.
Abrir a todos mis brazos
y consolar sus pesares,
y entre rimas y cantares
darles mi vida a pedazos.
Y al fin rendido quisiera
poder decir cuando muera:
Señor, yo no traigo nada
de cuanto tu amor me diera
¡todo lo dejé en la arada
en tiempos de sementera!.
Allí sembré mis ardores
vuelve tus ojos allí,
que allí he dejado unas flores
de consejos y de amores...
¡ellas te hablarán de mí!.
